Chévere, cambur pintón
(y el por qué del título del
libro)
Existe un libro que lleva por título
Yo
estoy bien, tú estás bien (I'm OK, You're OK, por Thomas A. Harris MD)
escrito en el año 1969, considerado un libro de autoayuda. Tal vez, un poco
influenciado por ese libro, y que marca las pautas para estar bien, que
comienzan en uno mismo, inspira un poco para el título de nuestro libro. Tal vez.
También existen muchos refranes
venezolanos que nos aleccionan con su sabiduría, como también algunas prácticas
para afinar el instrumento musical que nos identifica, como el cuatro. Cuando
ya el cuatro está afinado y listo para tocar una canción, el cuatro debe sonar,
según los oídos de los músicos, como “cambur pintón”. Entonces, ya está todo
listo para utilizar el cuatro, después de ajustar las cuerdas en sus
respectivos ajustes en la cabecera del mango del cuatro. Y comienza el deleite
musical.
En nuestras expresiones populares,
también, existe una manera de responder a un saludo, o de calificar una cosa o
situación. ¿Cómo estás hoy? Y algunos responden “chévere, cambur pintón”. O,
¿cómo está la fiesta, o tal otra cosa? “Chévere, cambur pintón”…
Toda esta manera, sin duda, que
manifiestan y expresan lo divertido que somos los venezolanos en nuestra
cotidianidad. Y, no solamente eso, sino que llevamos ya como marca que nos
identifica el hecho de ser muy optimistas. Ya lo expresa la frase que estamos
utilizando. Y tiene una gran enseñanza, porque el cambur, todavía no está
maduro, pero ya no está verde, sino pintón. Es decir, con esperanzas de que ya
nos lo podremos comer bien maduro, en caso, de que se decida comerse así, sobre
todo sancochado, que también es muy sabroso, o asado. Depende de los gustos y
del paladar. Pero, si se espera un día más, tal vez, ya esté bien maduro, y
será más sabroso y nutritivo.
Definitivamente, existe en esa frase
una gran carga de optimismo y de visión de futuro. O sea, que las cosas están
como están, pero se pondrán mejor. Más, aún, así como están, todavía es
aceptable, porque podría estar totalmente verde. Es decir, que como están las
cosas, están como en el justo medio; y está bueno así. O sería lo mismo a
decir: “a que podríamos estar mejor;
pero, podríamos estar peor”; O sea, que así como estamos, estamos bien, a
pesar de todo. O, como reza aquel refrán: “así
como vamos, vamos bien, decía la loca; y la llevaban de los cabellos. No es
una manera muy cómoda que digamos la manera de llevarla, pero, la loca era
feliz así, que era lo importante.
Esa misma manera de ser inspira el
título de este libro, refrescado por la llamada de teléfono, como se dijo en el
prólogo. Y esa misma idea se ha querido plasmar en los colores de la
contraportada con una combinación de verde hacia amarillo, para indicar,
precisamente, la imagen de los colores de un cambur pintón. No está totalmente
verde ni amarillo, pero está lleno de esperanzas porque va a madurar, que es lo
que se quiere. Eso en cuanto a los colores de la contraportada.
Respecto a la imagen de un curita,
tiene también su significado. Quiere decir, que no por ser sacerdote se está
exento de estar sometido a todas las propiedades de la caducidad de lo creado.
Aún a las crisis que supone la noticia y el hecho de tener cáncer. Con cada
crisis que eso supone. Eso, por un lado; por otra parte, me pareció que ese
muñeco que me regalaron hace algunos años, tiene su importancia por lo que
significa un regalo que sintetiza lo que se es, en este caso, en lo que soy.
Además, tiene un rosario en la mano, como queriendo decir, que está en lo que
está, en lo suyo con su oficio de rezar y orar. Me pareció que ese detalle para
portada, no podría ser mejor. Con ello, se le da a la portada un toque de
jocosidad y simpatía, además, de hacer referencia al capítulo de “fieles a la historia en las tentaciones de
Jesús en el desierto”.
A estas alturas, ya he recibido la
tercera quimioterapia, y, a decir verdad, todo sigue bien. O sea, “chévere, cambur pintón”…
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